De Menem a los K mucho las cosas no cambiaron: en los hospitales siguen faltando médicos y la facultad de medicina aun tiene un ingreso eliminatorio, los arquitectos siguen proyectando edificios para oficinas mientras que las viviendas populares se solucionan con chapa y madera, los estudiantes de farmacia son contratados –en negro- para vender frasquitos pero siguen sin tener laboratorios en dónde hacer las prácticas pre profesionales. Éstas no son coincidencias aisladas, Menem y los K coinciden en que la educación pública es el servicio de formación de recursos humanos, adecuados a las necesidades de quienes ponen el billete. El Ministerio de EduKación ya tuvo para exactas muchas ocurrencias: cambiar las tesinas por pasantías laborales, reemplazar materias optativas por materias de posgrado, cambiar horas y contenidos de química y matemáticas del curso de ingreso por una materia humanística… las ocurrencias siguen y pueden seguir, pues incentiva a la facultad con subsidios, con contratos, con dinero a cambio de condiciones. Y cuando el Ministerio en su próxima carta sugiera tener “educación cívica” o ¨sociedad y estado¨ dentro de las materias del primer año para completar el CBC que se viene instalando, el decano y sus pibes, ya lo han dejado claro, lo van a aceptar.


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